Estaba enamorada de Sacarías Cienfuegos, quien hará lo imposible por encontrar ese corazón que sea compatible, y cuando digo hasta lo imposible, es de verdad. Él logra contactar una organización ilegal que se dedica a la venta de órganos y entre su base de datos esta Valeria Duque, deportista, casada, con dos hijos y tuvo la mala suerte de ser compatible y fue la elegida por Sacarías y la organización para asesinarla y sacarle el corazón para salvar a Camila.

Para Sacarías Cienfuegos fue muy fácil encontrar el corazón para su amor, es un hombre de mucho poder, hasta el punto de que fue capaz de hacer llegar a la presidencia de la república a un amigo suyo, y esa jugada le permite al hombre realizar maniobras para, en el futuro, ayudar a la organización que salvó la vida de Camila, su amada.

Es una trama que logra enredar al televidente y que habla precisamente de esas cosas que nosotros, los que vivimos como en una especie de burbuja, no somos capaces de creer que existan. No voy a entrar a contar más datos de la serie porque no quiero dañar la imaginación de las personas que me leen.

Lo cierto es que luego de la Semana Santa, cuando ya había terminado de ver completamente la serie, aparece mi padrino literario “Pichingo” y me dice que tiene un buen libro que yo debería leer, entonces el hombre lo que hace es que me comparte ese libro.

“Salvo mi corazón, todo está bien” de Héctor Abad Faciolince, y habla de un cura de Medellín, amante y crítico de cine, columnista del periódico El Colombiano, y apasionado por la ópera. Dice que el cura de apellido Córdoba es alto, gordo y al igual que la historia contada anteriormente también está esperando un trasplante de corazón.

Al cura le toca dejar la casa cural en la que vivió por varios años porque luego de que se dieron cuenta que está muy mal del corazón, los médicos le recomiendan no esforzarse mucho. Está muy delicado y tiene que buscarse una casa de primer nivel, entonces una mujer divorciada, que había conocido desde hace varios años, le ofreció un cuarto en su casa.

Pero no solo habla de la enfermedad del cura, sino también de un conflicto que se tuvo con el arzobispo de Medellín en esa época. De las envidias que hay en el clero porque, al igual que nosotros, ellos como humanos también llevan una vida normal.

¿A qué quiero llegar con todo esto?  Inicialmente invitar a todos a leer, es algo que ayuda mucho para conversar. Además, aprovecho para invitarlos al Club de Lectura “Lectores de la libertad”, y vean ustedes las coincidencias de la vida, desde hace varios días también se nos ocurrió abrir un espacio en Granada para ver películas en el Cine Club “Séptima Ventana” los viernes en la noche. 

Aprender de todo lo que se lee y se ve nunca será algo en vano, y métanle mucho corazón a todo lo que hacen, tanto en sus proyectos personales como laborales y familiares. Mucho ánimo.