A propósito del día mundial del síndrome de Down, comparto con ustedes la bonita historia de María Juliana, mi sobrina que se ha convertido en el amor de todo el hogar.
Sandra & Johnny son una pareja que viven en La Piñuela, el único hijo que tenían era José Miguel, seguidor del DIM y el Real Madrid, apasionado por el fútbol y destacado por los buenos resultados en el colegio. José Miguel quería tener un hermanito para poder jugar porque entre otras cosas el juego con sus amiguitos vecinos no lo complacía totalmente.
Vivian en unión libre y debido a esa condición, ellos no podían participar completamente de la eucaristía. Sandra me cuenta que en las noches cuando tenía la comunicación con el Milagroso le decía "Dios, vengase a vivir con nosotros, queremos que haga parte de nuestra casa" esa era la súplica de ella.
Ella quería ir a la iglesia y comulgar, era un deseo muy bonito que ella tenía en su corazón. Después de muchos años aceptaron ir al altar, se casaron, y aunque de esa fecha en adelante ellos pudieron volver a comulgar, Dios todavía no había dado la respuesta completa, todavía faltaba algo. Entonces me da risa porque él no se queda con nada, y entonces fue cuando les llegó la noticia que al hogar venía un nuevo integrante, pues eso era lo que mi Sandra pedía ¿No?

¿Será Dios?
Cuando María Juliana nació, apenas el gobierno estaba terminando la cuarentena, pero a los papás no les habían dicho nunca que la niña tenía síndrome de Down, solo fue cuando nació que los doctores dijeron que la niña venia con esa condición.
Yo como tío sufrí mucho primero porque nosotros no estábamos preparados y segundo porque las fotos que nos compartían desde el hospital con un poco de aparatos nos daba mucha tristeza, Entre otras cosas, Sandra tuvo que pasar su dieta sin la niña, ella en La Piñuela y la niña en Rionegro súmele que en ese tiempo estábamos en pandemia y el tema del transporte, de las visitas a los hospitales y todo ese mundo de cosas hacían las cosas más complicadas, nos dio muy duro a todos.
La vida de María Juliana ha sido acompañada por Dios, pues sus padres mientras ella estaba en el hospital, hacían promesas al Milagroso para que la curara. La dieta de Sandra se dividió entre la incertidumbre y las ganas de tener a su criatura al rincón.
Después de 40 intensos días, logró salir del hospital. Y para que Sandra se convenciera de que constantemente la estaba escuchando, le mandó un ángel. Por eso en la casa cada que vemos la sonrisa de la niña, sabemos que Dios está con nosotros y que nos sonríe y que nos quiere mucho porque nos mandó esa mujer que es el centro de toda la familia.
El dato
José & María fueron los padres de nuestro señor Jesús y en la familia de Sandra & Johnny son hermanitos: José Miguel y María Juliana.