Me atrevería a decir que los primeros retiros espirituales que realizó Lazos de Amor Mariano en Granada, fueron en el 2005. Ese fin de semana se jugaba la final del Fútbol Profesional Colombiano, disputada entre Atlético Nacional y Santa Fe.
Por Jeison A. Giraldo.
Me contaron que les tocó llevar pantalla gigante a los retiros porque los muchachos tenían ganas de ver ese partido, pues la gran mayoría de los asistentes, eran hinchas del equipo Paisa.
De ahí en adelante se viene una ola de retiros que mucha gente aprovechó. Casi que cada mes, no faltaba gente en los hogares campesinos; ese era el lugar donde por tres días debían estar en constante oración y aprendizaje.
Yo tal vez no alcanzaba los 15 años, y recuerdo que la gente iba y, cuando volvía, como que ya no eran lo mismo. En medio de mi inocencia yo creía que a esas personas las metían en refrigerador desde el jueves hasta el domingo y que ya salían bien, que ya uno era otra persona.
Pero no me quedé con las ganas y me fui, tuve la experiencia de vivir en carne propia lo que eran los retiros espirituales. En unas bolsas basureras, el estilo más ordinario, empaqué mi equipaje de tres días y me fui.
¿Qué les digo? En su tiempo, para mi fueron una experiencia bonita. Y tuve la oportunidad de seguir con mi llama encendida, pero se me olvidó ponerle más carbón y se apagó. A los pocos años, antes de entrar a la emisora, volví nuevamente, pero esta vez en Guarne.
Pero desde ese día me prometí no volver nunca más a un retiro espiritual, y aunque hace poco tuve planes de ir, elegí no hacerlo. En el 2014 saqué grado, lo hice en un colegio fuera de mi pueblo, porque la indisciplina me obligó a retirarme de INEJAGO.
Cuando el rector del colegio que me adoptó, en El Santuario, llegó al salón a planear los retiros de once, y luego de una larga discusión sobre el tema de costos, de la comunidad que iba a realizar los retiros y todo eso, yo tomé la palabra y dije así: “decidamos no ir a retiros, ese dinero lo vamos a recoger y nos vamos para una finca, compramos lo que más podamos para que nos hagamos una fiesta bien buena y si necesitan reflexionar sobre esta vida, yo les puedo preparar una charla de una hora al iniciar el encuentro y luego nos vamos a disfrutar.
¿Qué dije yo? Eso fue como si fuera una orden presidencial, el estudiantado me apoyó y como estamos en un país demócrata, no hicimos retiros. Claro pues que mi mamá no se puede dar cuenta de esto, porque posiblemente va a decir que yo tengo el diablo dentro y se va a enojar conmigo.
Hace poco me compré una bicicleta para hacer mi propio retiro espiritual, en mis recorridos hablo con Dios y le pido que me ayude en la vida, y desde que a mis recorridos en bicicleta les puse el nombre de “Retiros espirituales”, no volví a montar en bicicleta.